Querida Trina adolescente:

¿Te acuerdas de cuando te ponías ropa de niño para que nadie se fijara en tu cuerpo? Te empeñabas en decir que vestías así porque te encantaba. ¿Y de aquella vez que te pusiste una toalla por encima del bañador y le dijiste a todo el mundo que tenías frío en pleno verano?

Lo entiendo. En este momento tu cuerpo está haciendo cosas que no comprendes del todo. Por eso quería escribirte esta carta para animarte y darte esa seguridad que necesitas para pasar por esta etapa de cambios.

Para empezar, debes saber que te vas a topar con situaciones en las que preferirías no estar en tu propia piel. Desarrollarás algunas vulnerabilidades a medida que te vaya saliendo vello, notarás que te cambia el olor, te va a crecer el pecho y vas a tener todavía más curvas. Pero, tranquila. Escucha lo que voy a decirte alto y claro: la pubertad es la cosa más natural que existe y todo el mundo debe atravesarla para florecer.

¡Tu cuerpo nunca va a traicionarte!

Siento decírtelo así, pero nunca serás una rubia delgada de ojos azules. Sin embargo, tu complexión, tus rizos, tus curvas y tu cultura van a ser toda una influencia para la sociedad. Así que, cuanto antes te aceptes, más fácil será el camino. Créeme.

Eres única y darte cuenta de ello es el primer paso hacia la verdadera belleza.

Ah, y hazme un favor: no te olvides nunca de lo mucho que te gusta el deporte. El running, el bádminton, el fútbol, la natación y, en especial, la danza. Según te vayas haciendo mayor, la sociedad te hará pensar que el fitness es un castigo para el cuerpo. Con el tiempo recordarás que estar activa te hace sentir increíble y te da muchísima alegría. Pero, recuerda, una talla o una copa de sujetador no te definen en absoluto ni determinan lo que vales.

Pasa del juicio a la gratitud. Sí, el pecho te sigue creciendo. No pasa nada. Haz caso a mamá, que te está diciendo que tienes que llevar los sujetadores de la forma correcta, ajustando bien los tirantes para tener la sujeción que necesitas.

Usa sujetadores deportivos para sentir esa sujeción también cuando estés en tus actividades. No te hace falta llevar modelos con un montón de acolchado. Las almohadillas no van a darte más sujeción, así que deja de usarlas. ¡En serio!

No vas a tener los dos pechos del mismo tamaño, no te asustes. Crecen de forma desigual. Piensa que son algo así como primos y no hermanos gemelos. Igual son hasta primos lejanos. Y todo eso es muy normal.

Me encantaría explicarte mil cosas más, pero creo que lo puedo resumir diciéndote que tener el pecho grande no es, para nada, algo de lo que avergonzarte. Quizá recibas más atención de la que te gustaría alguna vez o te dé por pensar que te miran cuando te mueves. Pero lo cierto es que la gente está demasiado ocupada con sus propias inseguridades.

La perfección no es realista. No intentes encajar dejando de ser tú. Y, lo más importante, empodérate y quiérete como eres.

Todavía no lo sabes, pero esa aceptación es la que va a hacer que en el futuro ayudes a miles de mujeres a quererse como son. Estoy muy orgullosa de ti.

La autenticidad es tu superpoder.

Con mucho cariño,

Trina