Esta pareja residente en Ciudad de México rinde homenaje a su cultura y da voz a los narradores del futuro

Cynthia Cervantes y Travis Gumbs forman un equipo perfecto. Son los fundadores del estudio creativo Maroon World, una plataforma que rinde homenaje a la vida y las experiencias de las personas racializadas. La pareja, que acaba de mudarse a México desde Nueva York, captura la esencia dinámica de las comunidades de artistas negros y latinos a través de imágenes que desafían las nociones tradicionales de belleza, género, masculinidad y feminidad. "Todo lo que hacemos tiene un propósito", explica Cynthia. "Ese siempre ha sido nuestro principio más importante, desde que empezamos a trabajar juntos".

Travis nació en San Cristóbal y se crio en el Bronx (Nueva York). Se le conoce por haber cofundado el influyente sitio web de ropa para el día a día Street Etiquette, que pasó de ser un blog de ropa para hombre a convertirse en una agencia creativa. Cynthia es hija de migrantes mexicanos y creció en Hawaiian Gardens (California). Se mudó a Nueva York para formarse profesionalmente en reforma educacional. Compaginaba su trabajo como jefa de operaciones en un instituto del Bronx con proyectos creativos con amigos. El dúo se retroalimenta con su creatividad y sus perspectivas culturales, y ha participado en proyectos de diseño de interior, ropa, fotografía y vídeo. "Aprender a usar las herramientas que tenemos a nuestro alrededor para crear es nuestro estilo de vida", afirma Travis. "Tienes que creer en lo que haces. Si no, el éxito no te aportará paz".

Cynthia y Travis se casaron en el rancho del padre de ella en Michoacán (México) en 2018. Decidieron mudarse para perseguir un nuevo estilo de vida. "Una de las cosas que más nos gusta de estar aquí es que nos sentimos más en paz", dice Cynthia. "En Ciudad de México la mayoría de la población no es blanca, por lo que no nos enfrentamos a esas microagresiones diarias". Ya asentados en su nueva casa, estos compañeros de vida y arte han empezado un nuevo capítulo de sus trayectorias con la llegada de su hijo Tenoch. En este artículo hablan de por qué el estilo va más allá de la expresión individual. Para ellos, es el idioma de la conexión grupal y la narración ancestral de historias.

Travis: El estilo fue mi primera expresión real como individuo. Siempre me ha interesado la moda, desde que tengo memoria. Cuando era pequeño, estaba obsesionado con las zapatillas y todo eso. A los 9 años quería zapatillas de 100 o 125 dólares, pero mi madre nunca me las compró, lo cual es razonable. A los 16, empecé a trabajar y me volví loco coleccionando zapatillas. En ese momento, mi estilo era una expresión de las tendencias del momento. A medida que creces, descubres lo que encaja contigo, con lo que te sientes más cómodo y cuál es tu voz. Tu voz evoluciona de manera que no implica muchos cambios drásticos, pero sí mucha más confianza. Eso es lo que me gusta. Ahora mismo, estoy en modo padre.

Cynthia: Para mí, el estilo tiene que ver con la comunicación. A través de él, comunicas quién eres y también te comunicas con otras personas con tus mismos intereses. Estoy de acuerdo con Travis en que la comunicación va cambiando a medida que evolucionamos como personas. Cuando iba al instituto, me ponía vaqueros grandes, camisetas pequeñas y una bandana en la cabeza. En cada ámbito, parece como si estuvieras intentando comunicar en silencio que formas parte de esa comunidad.

Travis: Fuimos la última generación que pudo hacerlo de manera completamente auténtica. Ahora, todo está masticado en Instagram. El estilo es accesible para todo el mundo. Por eso me gusta la forma en la que crecimos, porque pudimos dejar que nuestro estilo evolucionase lentamente hasta encontrar su esencia. No era solo un muro de inspiración de cosas que se pueden comprar.

Cynthia: Creo que lo que las redes sociales han hecho es permitir que la gente cambie su estilo muy rápido. Un día piensas: "Me gusta esta estética", y al día siguiente te horroriza y la cambias.

Cynthia: Me especialicé en reforma educacional. En concreto, trabajé en organizaciones sin ánimo de lucro que prestaban sus servicios en barrios de clase obrera. Yo quería trabajar en barrios de personas negras o racializadas y ayudar a niños y familias, pero siempre estaba metida en proyectos creativos por mi cuenta. Cuando conocí a Travis, él se dio cuenta de que yo hacía muros de inspiración para mí misma. Recortaba imágenes de revistas y las tenía puestas por todo mi armario. "Hay gente que pagaría por esto", me dijo. Hace ya casi ocho años de eso y, en ese momento, yo no sabía qué trabajos se podían desempeñar en el sector creativo. Me limitaba a hacer diseños para amigos. Travis me insistió en que explorase más a fondo esos proyectos, así que terminé por cambiar de carrera profesional.

Travis: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Estéticamente, no me dirigía exactamente a la gente de la misma forma, pero el hecho de que pudiéramos controlar las historias que contábamos y recibiésemos un trato igualitario en el sector es, sin duda, importante.

Cynthia: Nunca antes se había visto a dos prometedores jóvenes negros hacer algo así, por lo que irradiaban esa energía de: "Nosotros también podemos hacer esto". Podemos dedicarnos a la fotografía, ser directores creativos, organizar eventos y hacer lo que nos propongamos. Creo que muchas personas se sintieron inspiradas.

Travis: Esa es la base para nosotros. Mi cultura es lo que hizo que me interesara por el estilo porque es lo que veía a mi alrededor. Me fijaba en mis tíos, mi abuelo y las personas adultas que me rodeaban. Ellos fueron mi inspiración. A Cynthia le gusta llevar camisas bordadas típicas de México, como las que llevaba su abuela.

Cynthia: Antes también solía ponerme muchas joyas. Desde que paso el día en casa con el bebé, ya no lo hago. El interés por las joyas me viene de mi abuela, que llevaba pulseras por todo el brazo y tres relojes que funcionaban de vez en cuando.

Travis: Tenemos nuestras cosas repartidas entre Los Ángeles, Nueva York, Ciudad de México y el rancho. Cada cosa está en un sitio. Ya no me lo tomo tan en serio. Cuando volví a casa de mi madre justo antes de la cuarentena, me puse a abrir cajas y cajas. Me hizo reflexionar sobre lo valioso que fue todo esto en un momento determinado. Ahora, mi mentalidad ha cambiado.

Cynthia: Ahora mismo, ¿me pondría un vestido ancho y suelto con hebillas con mi bebé? No.

Travis: Nos pasamos el día entero en casa, por lo que ha sido complicado incluso asomarse a esa parte de nuestra vida.

Cynthia: Ahora, ponerse un pantalón es revolucionario.

Travis: Nuestra labor en este nuevo mundo pretende estar conectada con la cultura. Sabíamos que mudarnos a Ciudad de México nos inspiraría. Queríamos experimentar algo completamente diferente. Yo no nací en Estados Unidos, por lo que sabía lo inspirador que podía ser ese cambio de aires.

Cynthia: Creo que en México ha aumentado mi amor por mis raíces, por la estética DIY, por crear algo extraordinario solo con los recursos que tienes. Creo que, más bien, ser madre ha cambiado mi perspectiva sobre lo creativo.

Cynthia: Mi hijo es mi persona favorita del mundo. ¡Lo siento, cariño! Mi hijo me inspira porque quiero hacer cosas para que él las vea algún día y piense: "¡Guau! Mis padres estuvieron metidos en esto, mira lo que hicieron mis padres". Quiero dejarle un legado de trabajo importante sobre el que él pueda seguir construyendo. No para que piense "Oh, mis padres consiguieron algo genial", sino para que se proponga llevarlo al siguiente nivel o lo que él decida hacer. La idea de que él verá este trabajo me inspira.